El dolor crónico y la salud mental están conectados. La solución también.
Durante el aislamiento social por COVID-19, es crucial comprender la conexión entre dolor MSK y salud mental.
Fecha de Publicación: May 4, 2021
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Sarah Lasker
Inmigrante de la costa este, fanática de la gimnasia y del aire libre, y amante de los perros.
Sarah es gerente de Marketing en Hinge Health. Obtuvo su licenciatura en Comunicación en Hamilton College. Especialista en comunicación y narración de historias, Sarah lleva a cabo eventos, conferencias y campañas de marketing de primera categoría. Fuera de la oficina, disfruta del ejercicio físico y de cualquier actividad al aire libre, especialmente si su perro puede acompañarla.
La depresión y el dolor musculoesquelético crónico (MSK) están profundamente conectados.
Durante el aislamiento social por COVID-19, es crucial comprender la conexión entre dolor MSK y salud mental. Para los empleadores, tanto la depresión como el dolor son extremadamente frecuentes, costosos y una de las 5 razones principales para el ausentismo en el lugar de trabajo. El dolor musculoesquelético y la depresión se alimentan mutuamente y crean un ciclo que tiene profundas repercusiones en los trabajadores.
Por ejemplo, Lennell trabajaba en Florida en el sector público y batallaba contra la depresión y el dolor crónico de rodilla. El dolor intensificó la depresión y la depresión intensificó el dolor. Su batalla se convirtió en un círculo vicioso de dolor, rigidez y aislamiento.