The knee is the largest joint in your body. It’s involved in everything from walking to going up and down stairs to squatting to pick an object up from the ground. You rely on your knees for many everyday activities, which is part of the reason knee pain is so common. But just because knee pain is common doesn't mean you have to live with it. There's a lot you can do to prevent and reduce knee pain, especially with exercise and movement.

Here, learn more about what causes knee pain, and how to prevent and treat it — especially with exercises from our Hinge Health physical therapists.

¿Qué es el dolor de rodilla? 

El dolor de rodilla es un término general para el dolor que ocurre dentro o alrededor de la rodilla. La rodilla es una articulación en bisagra. Permite el movimiento hacia atrás y hacia adelante de la parte inferior de la pierna, y un movimiento mínimo de lado a lado. Se compone de diferentes estructuras (cartílago, meniscos, ligamentos, músculos, tendones y más) que conectan el fémur (hueso del muslo) con la tibia (hueso de la espinilla). Estas estructuras trabajan en conjunto para dar a tu rodilla la fuerza y estabilidad necesarias para que te muevas. 

Aunque tus rodillas son por naturaleza fuertes y resistentes, ciertos movimientos y condiciones médicas pueden provocar dolor o lesiones. El dolor de rodilla puede aparecer repentinamente después de una lesión, caída o accidente, o puede desarrollarse lentamente y empeorar con el tiempo. Puede ser agudo (dura menos de 12 semanas) o crónico (dura más de 12 semanas).

Síntomas del dolor de rodilla

La intensidad del dolor de rodilla puede variar desde un dolor leve hasta un dolor punzante que afecta las capacidades de soporte del peso. Otros signos y síntomas que pueden acompañar el dolor de rodilla incluyen: 

• Hinchazón y rigidez 

• Enrojecimiento 

• Sensación de calor 

• Debilidad o inestabilidad 

• Ruidos como tronidos, chasquidos o rechinidos 

• Incapacidad para enderezar completamente la rodilla 

Dolor de rodilla. Una perspectiva de Hinge Health 

Moverse con dolor de rodilla puede ser aterrador, y es comprensible evitar cualquier actividad que pueda causar molestias. Tienes que saber esto: el movimiento es medicina cuando hablamos de dolor de rodilla. La inactividad puede empeorar el dolor con el tiempo, ya que los músculos se debilitan y la articulación se endurece. Al adoptar un enfoque activo para controlar tu dolor de rodilla, puedes mejorar tu salud en general, prevenir futuras crisis de dolor y volver a hacer lo que amas. Sea cual sea la causa de tu dolor de rodilla (de la que hablaremos más adelante), estás en el lugar adecuado para obtener ayuda para afrontarlo.

Causas del dolor de rodilla  

El dolor de rodilla puede ser causado por lesiones, problemas mecánicos y enfermedades o condiciones. Cualquier persona puede desarrollar dolor de rodilla, pero ciertos factores de riesgo aumentan la probabilidad de desarrollar dolor crónico de rodilla. Por ejemplo:  

• La falta de fuerza y flexibilidad puede aumentar el riesgo de lesión de la rodilla. Los músculos fuertes ayudan a estabilizar y proteger las articulaciones. La flexibilidad muscular puede ayudarte a lograr un rango de movimiento completo.

• Ciertos deportes, actividades y ocupaciones tienden a poner más tensión en las rodillas. Estos pueden ser esquí de descenso, baloncesto y otros deportes que implican saltar, girar y correr. Y dentro de las ocupaciones está el trabajo agrícola y el del área de la construcción.  

• Las lesiones anteriores de rodilla pueden aumentar tus posibilidades de reincidencia. 

• El exceso de peso corporal puede agregar tensión adicional a las articulaciones de la parte inferior del cuerpo. Esto puede contribuir al dolor durante actividades como caminar y usar las escaleras. 

Estas son otras razones comunes por las que puedes presentar dolor de rodilla.

Lesiones. Una lesión en cualquiera de las estructuras dentro o alrededor de la rodilla (ligamentos, tendones, bursas o bolsas, huesos, cartílago) puede causar dolor. Las lesiones más comunes son: 

• Lesiones de los tendones (también conocidas como esguinces). Los tendones son bandas fuertes de tejido conectivo que conectan los músculos con los huesos. Las lesiones del tendón pueden ocurrir repentinamente por realizar actividades como esquí o tenis. También pueden deberse a un accidente o al uso excesivo, ocasionando que la rodilla se inflame y duela. 

• Lesiones de ligamentos (también conocidas como esguinces). Los ligamentos conectan los huesos entre sí. Cada rodilla tiene cuatro ligamentos primarios que conectan el hueso del muslo con el hueso de la espinilla, el ligamento cruzado anterior (LCA), el ligamento cruzado posterior (LCP), el ligamento colateral medial (LCM), y el ligamento colateral lateral (LCL). Una lesión del ligamento cruzado anterior (LCA) es una causa muy común de los problemas de rodilla, pero cualquier ligamento se puede estirar o desgarrar, dando como resultado hinchazón, inestabilidad y dolor de rodilla. 

• Fracturas. Los huesos de la rodilla, fémur (hueso del muslo), tibia (hueso de la espina) y patela (rótula) pueden romperse por varias razones, lo más común es una caída, accidente automovilístico u osteoporosis. 

• Desgarre de cartílago. Las lesiones del cartílago con mayor frecuencia involucran el menisco, una pieza de cartílago dura y elástica que actúa como un amortiguador entre la tibia y el fémur. Cada rodilla tiene dos meniscos. Girar la rodilla al cargar peso sobre ella puede provocar un desgarre de menisco. 

• Rótula dislocada. Esto ocurre cuando la patela (rótula) se desliza fuera de su lugar. Las dislocaciones pueden ocurrir como resultado de un trauma directo en la rodilla y pueden asociarse con anomalías anatómicas.

Bursitis. Las bursas o bolsas son pequeños sacos de líquido que amortiguan diferentes partes de la rodilla. Reducen la fricción y permiten que los tendones y ligamentos se deslicen suavemente sobre la articulación de la rodilla. Si alguna de las bursas de la rodilla se inflama, puede causar molestias y rigidez. 

Tendinitis rotuliana. El tendón rotuliano se extiende desde la rótula hasta la tibia. Si el tendón rotuliano se lesiona,se puede inflamar, dando como resultado la tendinitis rotuliana. Esto es común en corredores, esquiadores, ciclistas y todos aquellos que realizan actividades de salto (la tendinitis rotuliana a veces se conoce como rodilla de saltador). 

Síndrome de la banda iliotibial (IT). Esta es una condición en la que la banda IT, una banda de tejido resistente que se extiende desde el exterior de la cadera hasta el exterior de la rodilla, se tensa y se frota contra la parte externa del hueso del muslo. Los corredores fondistas y los ciclistas son especialmente propensos al dolor de cadera y rodilla relacionado con el síndrome de la banda IT.

Artritis. Existen más de 100 tipos de artritis, pero los que comúnmente se asocian con el dolor de rodilla son: 

• La osteoartritis (OA) se caracteriza por los cambios en el cartílago en los extremos de los huesos. Con el tiempo, esto puede hacer que los huesos se junten más y, a veces, se froten entre sí durante el movimiento. No siempre causa síntomas, pero puede contribuir a la rigidez, el dolor y la reducción del rango de movimiento en algunas personas. 

• La artritis reumatoide (AR) es una enfermedad autoinmune que causa que el sistema inmunológico ataque las articulaciones. La AR puede afectar muchas articulaciones del cuerpo y, a menudo, afecta primero las articulaciones pequeñas de manos y pies. Con el tiempo, puede afectar las rodillas, a veces causando dolor, hinchazón, inflamación y pérdida de la función. 

• La gota se caracteriza por una acumulación de ácido úrico en articulaciones. A menudo, afecta primero el dedo gordo, pero puede afectar las otras articulaciones, incluida la rodilla. La gota puede causar brotes repentinos de dolor intenso que puede durar de varias horas a semanas. 

Dolor de cadera o pie. El dolor decadera o pie que afecta la forma en que caminas, puede agregar tensión a las rodillas y causar dolor. 

Síndrome de dolor patelofemoral. Este es un término general para el dolor entre la rótula y el fémur. La mayoría de las personas experimentan dolor detrás o alrededor de la rótula durante actividades específicas, como subir escaleras, correr, ponerse en cuclillas o andar en bicicleta. Es común en atletas y adultos mayores que suelen desarrollar la condición secundaria a la artritis.

Enfermedad de Osgood-Schlatter. Esta es una condición en la que el abultamiento óseo debajo de la rodilla se vuelve doloroso y se hincha, a veces a partir de la extensión repetitiva (generalmente durante el ejercicio). Puede afectar a niños y adultos jóvenes.

Fragmento de hueso suelto. A veces, una lesión o ciertas condiciones pueden causar que un pedazo de hueso o cartílago se rompa en el espacio articular. Esto suele ser inofensivo, pero en casos raros puede interferir con el movimiento de la rodilla y causar dolor. 

Cuándo acudir al médico 

Debido a la naturaleza compleja del dolor de rodilla, muchas personas se preguntan: "¿Cómo sé si el dolor de rodilla es grave?"

"Aunque el dolor de rodilla definitivamente puede ser incómodo e incluso aterrador, casi todos los tipos de dolor de rodilla pueden tratarse inicialmente con tratamientos no invasivos", dice Jonathan Lee, cirujano ortopédico y médico especialista sénior en Hinge Health. "Por lo general, se reservan tratamientos como inyecciones y cirugía para personas que tienen síntomas persistentes después de probar primero opciones no invasivas, como ejercicios terapéuticos".   

En raras ocasiones, el dolor de rodilla puede indicar un problema más grave. Acude al médico cuando hay dolor de rodilla si: 

• No puedes soportar el peso sobre la rodilla 

• Tienes dolor severo después de un accidente o lesión 

• El dolor no mejora después de unas semanas

• No puedes mover ni extender la rodilla

• Tu rodilla “falla” o se siente inestable

• Tu rodilla está demasiado hinchada

• Tienes una deformidad visible en la pierna o rodilla

• El dolor se acompaña de fiebre, enrojecimiento e hinchazón

• El dolor de rodilla está acompañado de una sensación de bloqueo, falla o chasquido (el chasquido no suele ser motivo de preocupación cuando no hay dolor). 

Consejos de prevención

No siempre es posible prevenir el dolor de rodilla. De hecho, la mayoría de las personas experimentan dolor de rodilla en algún momento de su vida. Sin embargo, unos sencillos cambios en sus hábitos diarios pueden ayudarles a prevenir algunos tipos de dolor de rodilla, sobre todo el dolor crónico. 

• Haz estiramientos, especialmente antes y después del ejercicio. Esto alarga los músculos adentro y alrededor de las rodillas para evitar lesiones y ayudar a que los músculos trabajen juntos de forma más eficaz.

• Usa zapatos con soporte. Los zapatos planos con un buen soporte ayudan a absorber el impacto en las articulaciones. Si tienes pies planos, utiliza plantillas ortopédicas con soporte de arco en tus zapatos. 

• Desarrolla fuerza. La falta de fuerza muscular es una de las principales causas de lesiones en la rodilla. Trabajar en tus cuádriceps (parte frontal de los muslos) y los isquiotibiales (parte posterior de los muslos) te ayudará a dar soporte a las rodillas. 

• Muévete con frecuencia. Como dicen los fisioterapeutas de Hinge Health, el movimiento es medicina. Es importante mover las articulaciones dentro de un amplio rango de movimiento. Esto estabiliza y fortalece los músculos de las rodillas y los que las rodean, ayudando a prevenir el dolor y la rigidez.

• Haz un cambio. Si eres propenso a lesiones en la rodilla o tienes dolor crónico de rodilla o artritis, incorporar actividades sin peso (como nadar y andar en bicicleta) en tu rutina de ejercicio cardiovascular puede ayudar. Estas actividades involucran diferentes músculos y resistencia cardiovascular mientras le da un descanso a las rodillas.

• Cuídate al correr:

  • Evita correr cuesta abajo, especialmente en pendientes pronunciadas. Mejor camina.

  • Evita superficies duras como el cemento. Intenta correr sobre una superficie lisa y suave, como una pista. 

  • Revisa tus zapatos. Tus zapatos para correr deben quedarte bien y tener la amortiguación adecuada. Los expertos de Hinge Health sugieren cambiar de calzado cada 350 a 500 millas. Esto es cuando los zapatos para correr tienden a perder su amortiguación, lo que agrega una tensión extra a las articulaciones. 

• Conserva un peso saludable. Con cada paso que das, las rodillas absorben el equivalente a 1.5 veces el peso corporal. Eso quiere decir que una persona que pesa 200 libras carga 300 libras de tensión en las rodillas cuando camina sobre una superficie plana. Y esto es aún más alto al caminar sobre una pendiente. Si bien esto puede sonar aterrador, en realidad es un buen recordatorio de lo fuertes y resistentes que son tus rodillas; están diseñadas para soportar la carga. Sin embargo, cuando el dolor de rodilla es persistente, perder incluso un poco de peso puede tener un gran impacto en el alivio del dolor de rodilla.

• Realiza ejercicios terapéuticos. Los movimientos, ejercicios y estiramientos específicos aumentan la fuerza y flexibilidad de las estructuras dentro y alrededor de las rodillas. (Más información a continuación).

Tratamiento para el dolor de rodilla 

Los siguientes consejos de nuestros fisioterapeutas y médicos de Hinge Health pueden proporcionar alivio en la mayoría de los casos de dolor de rodilla leve a moderado.

• Hielo y calor. La aplicación de hielo reduce la hinchazón y la inflamación y puede aliviar el dolor agudo y crónico de rodilla. El calentamiento aumenta el flujo sanguíneo y puede reducir la rigidez. Puedes aplicar calor o hielo según sea necesario durante 20 minutos, pero evita usar calor para tratar una nueva lesión, ya que esto puede retrasar el alivio. 

• Compresión y elevación. Para controlar la hinchazón, puedes usar una rodillera o vendarte la rodilla y elevar la pierna para que el pie esté por arriba del corazón.  

• Medicamentos de venta libre sin receta. Los analgésicos, como el ibuprofeno (Advil, Motrin), naproxeno (Aleve) y paracetamol (Tylenol), pueden ser útiles para el dolor de rodilla. Es importante que verifiques que puedas tomar estos medicamentos de manera segura, según tu historial médico.

• Analgésicos tópicos. Estos productos se presentan en cremas, bálsamos, pomadas y parches. Administran sustancias analgésicas (generalmente ibuprofeno, mentol o lidocaína) a la piel. 

• Inyecciones de esteroides. Si el medicamento de venta libre sin receta no ofrece suficiente alivio del dolor, tu médico te puede sugerir inyecciones de corticosteroides para ayudar a contrarrestar el dolor y la inflamación. Los efectos de una inyección varían y pueden durar de pocas semanas a unos meses.

• Terapias complementarias. El masaje, la biorretroalimentación, la relajación, la meditación, la acupuntura, el yoga y la visualización pueden proporcionar alivio del dolor de rodilla. Habla con tu médico si estás interesado en probar alguno de estos. 

Si bien todas las medidas anteriores pueden aliviar el dolor de rodilla, una de las más eficaces consiste en ejercicios terapéuticos.