El problema de las heces del que nadie habla: comprender y gestionar la incontinencia fecal

La incontinencia fecal es la incapacidad de controlar los movimientos intestinales. Descubre las causas y opciones de tratamiento para esta condición común y desafiante.

Fecha de Publicación: Nov 29, 2023
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Esto podría figurar entre los primeros temas de salud de los que preferirías no hablar. Como nunca. Es incómodo en el mejor de los casos, embarazoso sin duda y, francamente, un poco asqueroso. Pero vamos a hablar de la incontinencia fecal y he aquí por qué: En primer lugar, es más frecuente de lo que crees. En una gran encuesta poblacional, una de cada siete personas declaró haber sufrido este problema intestinal no tan agradable. Y quizás aún más importante: por muy angustiosa y molesta que sea la incontinencia fecal, también es muy tratable. Sigue leyendo para saber qué causa la incontinencia fecal y cómo puedes ayudar a controlar los síntomas con ejercicio, terapia de ejercicio del piso pélvico, cambios en el estilo de vida y otros tratamientos.

Nuestros expertos de Hinge Health

Kandis Daroski, PT, DPT
Fisioterapeuta de salud pélvica y revisora clínica
La Dra. Daroski es fisioterapeuta especializada en salud pélvica y aporta su experiencia clínica al Programa de Salud Pélvica Femenina de Hinge Health.
Tamara Grisales, MD
Médica especialista en Uroginecología y revisora médica
La Dra. Grisales es uroginecóloga y cirujana certificada por la junta y supervisa el programa de salud pélvica femenina en Hinge Health.

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¿Qué es la incontinencia fecal?

La incontinencia fecal -también llamada incontinencia intestinal o fuga intestinal- es la incapacidad de controlar los movimientos intestinales, que hace que las heces(excrementos o caca) salgan del recto sin previo aviso. Puede ir desde una pérdida ocasional al expulsar gases o durante un episodio de diarrea hasta la pérdida total del control intestinal.  Hay dos tipos de incontinencia fecal:

  • Incontinencia de urgencia. Sabes que necesitas defecar, pero no puedes controlarlo o detenerlo antes de llegar al retrete. La incontinencia de urgencia puede producirse si el esfínter anal o los músculos del suelo pélvico son demasiado débiles para retener las heces o los gases.

  • Incontinencia pasiva. Es cuando se produce una fuga sin que te des cuenta. Con la incontinencia pasiva, puede que tu cuerpo no sea capaz de percibir cuándo el recto está lleno y necesitas defecar. 

Puedes experimentar tanto incontinencia fecal como incontinencia urinaria porque los mismos músculos del suelo pélvico que controlan la función urinaria también controlan la función intestinal.

Síntomas de la incontinencia fecal

Los síntomas de la incontinencia fecal pueden parecer bastante difíciles de ignorar, pero algunos pueden ser más sutiles, o puede que no te des cuenta de que estos problemas "normales" son en realidad signos de incontinencia fecal:

  • Evacuar antes de que puedas llegar al retrete. 

  • Pérdida de heces al expulsar gases o toser.

  • Pérdida de heces durante la actividad física o los esfuerzos cotidianos.

  • Ensuciar tu ropa interior con heces o mucosidad.  

¿Qué causa la incontinencia fecal?

En la evacuación intervienen múltiples sistemas del cuerpo, incluidos los músculos y los nervios. Los músculos del suelo pélvico se extienden desde el hueso púbico por delante hasta el coxis por detrás. Como los cimientos de una casa, ayudan a sostener las estructuras superiores, como el intestino y la vejiga. Cuando las heces se acumulan en el recto (al final del colon), los nervios situados entre el recto y el ano envían al cerebro la señal de que ha llegado el momento de defecar. Los músculos del suelo pélvico y del ano mantienen la caca en su sitio hasta que llegas al baño; entonces se relajan para facilitar la evacuación. Si tu suelo pélvico y tus músculos anales están débiles, puede afectar a tu capacidad para retener las heces y los gases. La disfunción del suelo pélvico puede provocar incontinencia fecal. Otras causas de incontinencia fecal pueden ser:

  • Daño muscular. Si los anillos musculares del extremo del recto (llamados esfínter anal) están lesionados o debilitados, pueden no ser capaces de mantener el ano cerrado, dejando escapar las heces. La lesión de estos músculos puede producirse por una cirugía para extirpar hemorroides, un cáncer en el ano o el recto, o un traumatismo.

  • Daño nervioso. Una lesión de los nervios que perciben las heces en el recto o de los que controlan el ano, el suelo pélvico y el recto puede provocar incontinencia fecal. Muchas cosas pueden dañar estos nervios, como el esfuerzo repetido al defecar, una lesión cerebral o medular, o enfermedades como la diabetes o el ictus.

  • Lesiones en el parto. Los partos vaginales a veces causan lesiones en el esfínter anal, que pueden provocar incontinencia fecal. Las probabilidades son mayores si tu bebé era grande, si se utilizaron fórceps para ayudar al parto, si tuviste un desgarro perineal o (menos frecuente) si el médico te hizo un corte (llamado episiotomía) en la zona vaginal para hacer más espacio para la cabeza del bebé durante el parto.

  • Pérdida de elasticidad en el recto. La cicatrización, la esclerosis y la inflamación provocadas por la cirugía rectal, la radioterapia en la zona pélvica o la enfermedad inflamatoria intestinal pueden hacer que el recto se vuelva rígido. Si no puede estirarse tanto para retener las heces, tu recto puede llenarse rápidamente y las heces pueden salirse.

  • Estreñimiento crónico. Las heces grandes y duras son difíciles de expulsar. Con el tiempo, el esfuerzo provocado por el estreñimiento puede debilitar los músculos del suelo pélvico y estirar los músculos rectales, permitiendo que las heces acuosas que se acumulan detrás de las heces duras salgan al exterior.

  • Diarrea. Las heces líquidas y blandas pueden llenar el recto rápidamente, y son más difíciles de "retener" que las heces sólidas.

  • Hemorroides. La inflamación de las venas del recto puede impedir que los músculos que rodean el ano se cierren completamente, lo que deja escapar pequeñas cantidades de heces o mucosidad.

  • Prolapso rectal. Cuando el recto desciende de su posición habitual y sobresale hacia el ano o presiona la vagina(rectocele), puede provocar incontinencia fecal.

  • Afecciones intestinales. Aunque pueden no causar incontinencia fecal, puedes tener un riesgo mayor si padeces síndrome del intestino irritable, enfermedad de Crohn, síndrome inflamatorio intestinal o colitis ulcerosa.

Fisioterapia para la incontinencia fecal

Cuando la debilidad de los músculos del suelo pélvico contribuye a la incontinencia fecal, la fisioterapeuta del suelo pélvico puede ayudar. Para mejorar el control intestinal, un fisioterapeuta del suelo pélvico puede recomendar:

  • Ejercicios de Kegel para fortalecer los músculos del suelo pélvico, el ano y el recto. Tu fisioterapeuta puede ayudarte a aprender la forma correcta de realizar los ejercicios de Kegel

  • Terapia de biorretroalimentación para ayudarte a percibir cuándo las heces están llenando el recto y están listas para ser expulsadas. También puede ayudarte a contraer los músculos (contener la caca) si no es un buen momento para ir al baño.

  • Entrenamiento intestinal para ayudar a establecer un mayor control intestinal mediante una rutina. Tu fisioterapeuta puede recomendarte que hagas un esfuerzo consciente para ir al número dos a una hora concreta cada día, como por ejemplo después del desayuno. 

Puedes ver a un fisioterapeuta en persona o usar un programa como Hinge Health para acceder a uno por medio de telesalud o una video visita.

Más formas de controlar y tratar la incontinencia fecal

Dependiendo de la causa de tu incontinencia fecal, tu profesional sanitario también puede sugerirte una o varias de estas opciones de tratamiento como parte de tu plan:

Cambios en la dieta. Con estos cambios en la dieta puedes ayudar a regular tus deposiciones y a controlarlas mejor:

  • Lleva un diario de alimentos. Lo que comes y bebes afecta a tu tubo digestivo y a la consistencia de tus heces. Los alimentos que provocan diarrea o gases pueden empeorar la incontinencia fecal. Controla tu dieta durante unos días. Puede que empieces a ver una conexión entre determinados alimentos y los episodios de incontinencia. Una vez que hayas identificado los alimentos problemáticos, intenta eliminarlos de tu dieta para ver si mejora tu incontinencia.

  • Llénate de fibra. Si el estreñimiento o las hemorroides son la causa de tu incontinencia fecal, tu médico puede recomendarte que comas más alimentos ricos en fibra, como fruta, verdura y panes y cereales integrales. La fibra ayuda a que las heces sean blandas y más fáciles de controlar.

  • Bebe más agua. No hay una regla fija sobre la cantidad de agua que necesitas. Pero una recomendación general es aspirar a la mitad de tu peso corporal en onzas de agua. (Eso significa que una persona de 150 kilos debe beber 75 onzas). Esto puede ayudar a mantener las heces blandas y formadas.

Medicamentos. Las opciones sin receta para la diarrea o el estreñimiento pueden ayudar a reducir o aliviar la incontinencia fecal. Si éstos no alivian los síntomas, tu médico puede recetarte medicamentos más potentes para tratar la causa de tu incontinencia. Agentes de carga. Las inyecciones de sustancias no absorbibles pueden engrosar las paredes del ano para ayudarlo a cerrarse mejor y evitar las fugas. Dispositivos de barrera. Los tapones anales y los insertos vaginales pueden ejercer una presión física contra el recto para protegerlo de las fugas.

Estimulación eléctrica. Los dispositivos que envían pulsos electrónicos leves pueden utilizarse externamente o implantarse quirúrgicamente cerca de los nervios que ayudan a controlar los movimientos intestinales. Cirugía. Puede ser una opción si los síntomas no mejoran con otros tratamientos, o si tu incontinencia fecal está causada por lesiones de los músculos del suelo pélvico o de los esfínteres anales. La cirugía del esfínter anal o la colostomía (derivación del colon a una abertura externa del abdomen) son algunas de las cirugías que puedes consultar con tu médico. 

Cómo afrontar la incontinencia: Cómo puedes afrontarla

Seamos realistas: Sentir que no puedes controlar tus intestinos no es una buena sensación, en absoluto. Para algunos, el miedo y la vergüenza de no llegar a tiempo al baño pueden afectar mucho a su vida cotidiana. Esas preocupaciones no van a desaparecer de la noche a la mañana. Pero mientras trabajas para tratar los problemas que contribuyen a tu enfermedad, intenta seguir estos pasos que te ayudarán a controlar mejor tus síntomas:

  • Ve al baño antes de salir.

  • Localiza el aseo público más cercano allá donde vayas, antes de necesitarlo.

  • Lleva un absorbente o ropa interior desechable para evitar ensuciarte cuando salgas.

  • Lleva una bolsa con material de limpieza y una muda de ropa, por si acaso.

  • Habla con tu médico sobre el uso de desodorantes fecales (medicamentos de venta libre que minimizan el olor de las heces y los gases).

La incontinencia fecal es estresante. Pero no tiene por qué controlarte. Hay muchas formas de tomar el control y volver a vivir tu vida al máximo.

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“It can feel incredibly difficult to speak up about symptoms of fecal incontinence, but with education and exercise you can improve,” says Kandis Daroski, PT, DPT, a Hinge Health pelvic floor physical therapist. “Knowing that muscles are often part of the reason for fecal incontinence can give you confidence that exercise is an effective treatment. It starts with the courage and bravery to ask for help.” 

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This article and its contents are provided for educational and informational purposes only and do not constitute medical advice or professional services specific to you or your medical condition.

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Referencias

  1. Andy, U. U., Harvie, H. S., Pahwa, A. P., Markland, A. y Arya, L. A. (2017). The relationship between fecal incontinence, constipation and defecatory symptoms in women with pelvic floor disorders. Neurourology and Urodynamics, 36(2), 495-498. doi: 10.1002/nau.22964

  2. Bochenska, K., & Boller, A. M. (2016). Incontinencia fecal: Epidemiología, impacto y tratamiento. Clínicas en Cirugía de Colon y Recto, 29(03), 264-270. doi: 10.1055/s-0036-1584504

  3. Definición & Facts of Fecal Incontinence | NIDDK. (2017, julio). Instituto Nacional de Diabetes y Enfermedades Digestivas y Renales. https://www.niddk.nih.gov/health-information/digestive-diseases/bowel-control-problems-fecal-incontinence/definition-facts

  4. Menees, S. B., Almario, C. V., Spiegel, B. M. R., & Chey, W. D. (2018). Prevalencia y factores asociados a la incontinencia fecal: Resultados de una encuesta poblacional. Gastroenterología, 154(6), 1672-1681.e3. doi:10.1053/j.gastro.2018.01.062

  5. Bharucha, A. E., Rao, S. S. C., & Shin, A. S. (2017). Intervenciones quirúrgicas y uso de terapia asistida por dispositivos para el tratamiento de la incontinencia fecal y los trastornos defecatorios. Gastroenterología clínica y hepatología : la revista oficial de práctica clínica de la Asociación Americana de Gastroenterología, 15(12), 1844-1854. doi:10.1016/j.cgh.2017.08.023